Fue en 2023 cuando Rihanna sorprendió a todos en Nueva York , tras la Met Gala, no por sus impactantes elecciones estilísticas, sino por la apuesta que hizo en las joyas. De todo lo que llevaba puesto aquella noche, un elemento brillaba por encima del resto: un anillo solitario de oro blanco de 14 quilates coronado por un diamante de 9 quilates. Los cazadores de tendencias se frotaron las manos : los 2000 habían vuelto y Rihanna lo acababa de confirmar.
Dos años más tarde -tiempo prudencial en el que las tendencias calan en la sociedad-, las joyas en los pies son una realidad. Lo son como tantos otros elementos propios del inicio de siglo que están volviendo a aparecer ante la mirada atónita de quienes ya lo llevaron, y en el caso de la bisutería de tobillos y dedos del pie , ha