Es martes en la tarde. Hora de salida del trabajo en pleno centro de Bogotá. Las personas salen apuradas de sus oficinas buscando cómo regresar a casa, esquivando vendedores ambulantes y uno que otro joven en patineta.Delfina Dib mira a los cerros, maravillada por el cielo azul después de días de lluvias. Admira el desorden de Bogotá, que ahora es tan natural para ella. Es evidente en su forma de caminar y cruzar las calles. Reconoce que no es una ciudad fácil y saca de vez en cuando frases o chistes muy bogotanos, con sus modismos argentinos, para navegar el caos.

Delfina Dib llegó a Bogotá desde Buenos Aires hace 10 años para formar su carrera solista como cantante de rap. En ese camino, encontró amigos en la escena que le dieron apoyo y que ella supo aprovechar para seguir escalando. H

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