Pues bien, como se llegó a temer, el primero de agosto no se vino abajo el entramado del comercio mexicano con Estados Unidos: tras una conversación de nuestra presidenta con el presidente del país vecino, México logró un “período de gracia” de 90 días para seguir negociando el monto de los impuestos que deberán pagar las exportaciones mexicanas.

Según Jamieson Greer, embajador representante de Estados Unidos para el comercio internacional, el proyecto de su país respecto del intercambio comercial con el resto del mundo ya es claro: toda mercancía que ingrese a Estados Unidos tendrá que pagar un impuesto y sustantivo, pues Trump se propone rehacer el sistema de normas avalado por la Organización Mundial del Comercio y los impuestos a pagar oscilarán entre 10% y 41% e incluso más. Y no sol

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