El mantra digital "si algo es gratis, el producto eres tú" ha adquirido una dimensión inquietante en la era de la inteligencia artificial generativa . Las grandes corporaciones tecnológicas han encontrado en los datos personales de sus usuarios una nueva fuente de valor: el combustible necesario para entrenar sus algoritmos y mantener su ventaja competitiva en un mercado cada vez más saturado de soluciones de IA.
La (pen)última en sumarse a esta dinámica predatoria fue WeTransfer , que tanteó la posibilidad de apropiarse de los derechos de todos los documentos que gestiona para "operar, desarrollar, comercializar y mejorar el servicio", incluyendo específicamente el entrenamiento de modelos de aprendizaje automático. Una maniobra que, aunque finalmente fue retirada tras la pre