El ritmo frenético y el mundo hiperconectado en el que vivimos atraviesa todos los grupos etarios, pero que afecta de diferentes maneras las necesidades y preocupaciones de cada uno. Por eso, estar después de los 55 puede percibirse como una etapa de cambios significativos, preparándose para reflexionar sobre lo vivido y lo que llega en el futuro.
Surge entonces las preguntas sobre cómo vivir con calma y qué claves habrá para vivir plenamente y sin estrés esos años. Lo primero para decir es que, más allá de los estereotipos y el imaginario social sobre los que pasan la barrera de los 55, esta edad no es el final de nada. Es más, puede representar el comienzo de una nueva y emocionante fase de la vida.
Es una oportunidad para redefinir el significado de la felicidad, la salud y el