Este domingo 17 de agosto se realizan las elecciones en Bolivia, la tensión política crece. El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, advirtió sobre presuntos intentos de convulsionar el proceso electoral, señalando a sectores cercanos al expresidente Evo Morales como responsables.
Estas advertencias se suman a un ambiente de polarización donde la desconfianza hacia las instituciones es evidente. La estabilidad democrática depende de que la ciudadanía ejerza su voto sin presiones ni manipulación.
El Gobierno boliviano anunció refuerzos policiales y planes de contingencia en regiones consideradas vulnerables. Las medidas buscan garantizar una jornada electoral pacífica, evitando que grupos organizados puedan generar disturbios que pongan en riesgo la seguridad.
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