“¿Alguna vez te has detenido a pensar cuánto de lo que eres depende de las personas con las que te rodeas?”.
Desde que nacemos, buscamos algo más que alimento y abrigo: buscamos miradas, caricias, reconocimiento.
El contacto humano no es un lujo, es una necesidad vital; somos seres sociales por naturaleza, y esa condición atraviesa cada aspecto de nuestra existencia.
Nuestros vínculos son como espejos: en ellos nos vemos, nos descubrimos y muchas veces nos construimos.
El respeto que recibimos, el afecto que damos y el apoyo que encontramos moldean no sólo nuestro estado de ánimo, sino también nuestra salud física, nuestras decisiones y el rumbo de nuestra vida.
“Si somos la suma de las personas que amamos y nos aman, ¿qué dice de ti el círculo que te acompaña hoy?”.
Cuando nos senti