La música comienza a sonar, los primeros acordes marcan el ritmo y, poco a poco, los cuerpos se ponen en marcha. No hay coreografías exigentes ni pasos complicados. Tampoco importa si uno sabe bailar o no. Lo esencial es moverse, disfrutar, desconectar y disfrutar del verano. Esto es la bailoterapia, una práctica que aúna el ejercicio físico con el bienestar

See Full Page