Las experiencias de reconstrucción económica en escenarios de conflictos políticos han demostrado que el fortalecimiento del sector privado constituye una herramienta esencial para estimular la actividad económica, crear empleos y reducir la dependencia de estructuras estatales politizadas. Países como Irak, Libia y Angola, Vietnam y otros ofrecen valiosas lecciones sobre cómo actores internacionales —incluyendo gobiernos como el de Estados Unidos— han priorizado el apoyo al sector productivo privado como base para una recuperación sostenible, sin esperar una transformación política total.
Irak: reconstrucción bajo presión sectaria. Tras la intervención militar de 2003, Irak se enfrentó a un entorno marcado por la fragmentación institucional, la inseguridad y la polarización política. A