Pedro Rojas
EL UNIVERSAL
El devenir del tiempo, implacable y constante, esculpe su huella en cada elemento del entorno, y las edificaciones, especialmente aquellas enclavadas en vastos espacios naturales, no escapan a su influencia. La interacción entre la arquitectura y la naturaleza circundante crea un complejo tapiz de desafíos y oportunidades, demandando una comprensión profunda de los procesos de deterioro, la importancia de la conservación y la necesidad de una gestión proactiva.
A todos estos complejos escenarios se ha enfrentado en los últimos años la Universidad Central de Venezuela (UCV), la casa de estudios que está experimentando un complejo proceso de restauración que hoy luce con orgullo los pasos dados en los caminos correctos.
En efecto, la naturaleza, con su vitalidad