Poco después de su victoria en las elecciones de julio del año pasado, el primer ministro británico, Keir Starmer , expresó en un encuentro con el presidente chino, Xi Jinping, su voluntad de reforzar los lazos comerciales y diplomáticos con China en un intento de captar inversiones y acelerar el crecimiento económico del Reino Unido . Una muestra de buena voluntad que se ha traducido en la visita de varios ministros laboristas a Pekín, incluida la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, pero que esconde al mismo tiempo cierta desconfianza debido a los casos de espionaje , acoso y ciberataques orquestados presuntamente por el gigante asiático en los últimos años en territorio británico.
Uno de los casos más recientes salió a la luz tras la detención en 2023 de Christopher C