Asunción, 17 ago (EFE).- Veinte integrantes de una escuela de Japón homenajearon esta semana la música de Paraguay mostrando cómo el proyecto de un músico paraguayo y su esposa japonesa ha logrado unir las culturas y a generaciones a través del arpa.
El músico Enrique Carrera encontró hace veinte años su nuevo hogar en Japón, donde junto a su esposa, Arisa Matsuki, fundó la escuela Arpas Estudio Sonrisa, que comenzó con pocos alumnos, pero ahora, según cuenta, suma 150 estudiantes, de los cuales veinte llegaron recientemente a Paraguay para mostrar su arte.
La delegación estuvo formada por 19 mujeres de todas las generaciones y un solo varón, que viajaron durante 40 horas y cubriendo sus propios costos para participar de un concierto en honor al país al que cariñosamente llaman “Arpaland