En un rincón fronterizo de Europa del Este, un joven australiano decidió convertir un espacio sin dueño en la base de un experimento político. En 2019, con apenas 20 años, Daniel Jackson viajó a Gornja Siga, un área de apenas 0,5 km² situada entre Croacia y Serbia que quedó fuera de los mapas oficiales tras la disolución de Yugoslavia. Allí desplegó una banderablanca y azul, presentó un borrador de constitución y proclamó la creación de la República Libre de Verdis, de la cual se autoproclamó presidente.

Jackson, apasionado por la geopolítica y motivado por su interés en la sostenibilidad, presentó a Verdis como un proyecto ecológico y digital: energías renovables, reciclaje y conservación ambiental como pilares centrales, sumados a un sistema de gestión ciudadana apoyado en herramientas

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