Que Donald Trump se ha empecinado en recibir el Nobel de la Paz es sabido. La cita en Alaska con Vladímir Putin era una etapa considerada por el presidente de EEUU de gran relevancia en su carrera tras el galardón más codiciado del mundo. Que finalmente la mediatizada cita se interprete como una 'rehabilitación' de Putin, a cambio de nada, puede no importarle. En el relato de Trump, es un paso en la dirección correcta al que debe responder Volodímir Zelenski. En rigor, debería darse por descartado que pueda recibirlo un líder responsable de deportaciones masivas de inmigrantes o que reacciona a una derrota electoral incitando a asaltar el Capitolio . Acumula procesos judiciales de final imprevisible, fue declarado culpable en el caso del soborno a la actriz porno Stormy Daniels
El Nobel de la Paz a Trump: una opción descabellada pero no del todo descartada

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