En el complejo tablero de la geopolítica moderna, las alianzas militares y la adquisición de equipamiento de defensa de vanguardia son pilares fundamentales para la seguridad de las naciones. La cooperación transnacional en materia de armamento no solo permite a los países acceder a tecnologías punteras que quizás no podrían desarrollar por sí mismos, sino que también refuerza los lazos estratégicos y la interoperabilidad entre fuerzas armadas aliadas, cimentando la confianza mutua en alianzas estratégicas.
Dentro de este panorama, los aviones de combate de última generación representan la cúspide de la ingeniería militar y son a menudo el activo más valioso de cualquier fuerza aérea. Su diseño, fabricación y mantenimiento implican inversiones multimillonarias y una dependencia tecnológi