Ante la acelerada adopción de la inteligencia artificial (IA) en los entornos empresariales no solo está revolucionando procesos operativos, sino también incrementando de forma significativa las exigencias energéticas.
A medida que esta tecnología requiere mayor capacidad de procesamiento, se eleva la necesidad de respaldo eléctrico continuo y sistemas de climatización de precisión, dos factores críticos para la operatividad y estabilidad de los equipos.
Luis Makencie, Gerente de Ventas de Corporación Solsica, explicó que la IA demanda densidades energéticas más altas, impulsadas por el uso de procesadores de ultra alta velocidad, la gestión avanzada de armónicos eléctricos y la implementación de centros de datos cercanos al usuario, conocidos como edge computing. Esta tendencia apunta h