Todo comenzó el 6 de febrero de 1966 en el madrileño barrio de Aluche, cuando presuntamente un platillo volante sobrevoló la zona y dejó boquiabiertos a algunos de sus vecinos. Más tarde, la historia terminó salpicando a Albacete. Hoy, recordamos este pasaje de la historia más enigmática de nuestro país. Al final, todo resultó ser un invento surgido de la mente de Jordán Peña.

Volviendo a ese 6 de febrero de 1966, “los testigos, sin duda quemados por tantas y tantas historias como se han dicho acerca de los platillos volantes, no han querido afirmar que se trate de uno de estos artefactos. Pero afirman rotundamente y coinciden en decir que no era ni un avión ni un helicóptero”, afirmaba el diario El Caso el día 7 de febrero de 1966 al mismo tiempo que añadía que,“por nuestra parte ni afir

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