Sonríe y bromea con los amigos. De no ser por las heridas que asoman por el aparatoso vendaje que empieza a destaparse en la zona de las orejas y la sien, José Manuel Blanco podría estar viviendo un día cualquiera de los que regresa a su pueblo desde Madrid. Manolo, como lo conoce todo el mundo en 'su' Cipérez, se vio atrapado por el fuego el viernes, ese que dejó sin nada a muchos y que en su caso se saldó con quemaduras por las piernas, el brazo derecho y el cuello.

A sus 61 años nunca había visto un poder igual de las llamas en este punto de la provincia. Esas que hicieron acto de presencia el pasado miércoles y que se reavivaron el viernes, desatando una ola de solidaridad y trabajo vecinal para intentar sofocar su avance en las tierras de trabajo y que amenazaban a las vi

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