MAZATLÁN._ Las y los jóvenes son signo de que un mundo distinto es posible, pues a pesar de los conflictos, de las heridas sociales y personales, de las dudas sobre el futuro cada uno de ellos tiene una semilla de esperanza que dará frutos si se cultiva en el amor y la verdad y lo importante es que en las familias se trate de cultivar la educación de las y los muchachos, igualmente en las escuelas, manifestó el Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Monseñor Mario Espinosa Contreras.
“En este Día de la Juventud 2025 queremos dirigirnos a cada uno de ustedes con el corazón lleno de esperanza y gratitud, gracias por ser parte viva de nuestra Iglesia, se está refiriendo a los jóvenes, gracias por sus sueños, su energía, su valentía para seguir caminando incluso en medio de tantas dificultades, l