Durante años, Miles “Burt” Marshall fue considerado el hombre a quien acudir si querías invertir dinero en este tranquilo rincón del estado de Nueva York. Con una oficina cercana a la Universidad Colgate, Marshall preparaba impuestos, vendía seguros y ofrecía una inversión conocida como el “Fondo 8%”, que prometía un rendimiento anual garantizado, sin importar lo que ocurriera en los mercados financieros.
Su trato cercano y cordial le granjeó la confianza de vecinos y amigos. Con regalos locales como miel, jarabes de arce y pepinillos etiquetados con frases como “No seas tonto. Para un seguro adecuado llama a Miles B. Marshall”, Marshall proyectaba la imagen de un empresario confiable y arraigado a la comunidad.
“Él hablaba de otros que invertían. Iglesias, bomberos, médicos… gente q