Desde siempre la pornografía ha ejercido una fuerte atracción hacia la mirada masculina (aunque cada vez más mujeres se interesan por el porno con diferente efecto que los varones). Las situaciones planteadas en las imágenes no dan lugar ni al conocimiento previo ni al erotismo. No hay tiempo que perder en preámbulos, se va a los papeles directamente (léase genitalidad).

El porno tiene al coito como objetivo, el hombre domina la relación (propone las poses, guía el cuerpo de partenaire según su gusto). También en el porno homosexual uno es quien toma la iniciativa y el otro acepta (activo/pasivo). En el porno no hay demasiado lugar a la versatilidad, al cambio de roles , a frenar la escena y a decir “ahora yo quiero esto”: el guion heteronormativo se debe respetar.

La diversi

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