Cuando Antonio Banderas dio el salto a Hollywood en los años 90, su carrera como actor en España ya estaba consolidada. Había trabajado con Pedro Almodóvar, era conocido y respetado, pero aterrizar en Estados Unidos suponía comenzar de cero. Más allá del talento o la experiencia, el gran obstáculo que tuvo que afrontar fue uno esencial: no hablaba inglés.
Por Esquire
Para un actor, el idioma es una importante herramienta de trabajo. Y para un español que desembarca en la industria cinematográfica más competitiva del mundo sin dominarlo, cada paso es una cuesta arriba. Banderas lo sabía y lo vivió en carne propia. Lo contó sin filtros en una entrevista concedida a Carlos Herrera en 1995, donde relató con detalle la odisea que supuso enfrentarse a sus primeros papeles en inglés, entre el d