Mateo González tiene menos de dos años, pero ya es parte de una tradición que atraviesa generaciones en Portezuelo del Viento , un pequeño paraje en Malargüe, Mendoza, donde el río Grande representa un desafío diario que marca la vida de sus habitantes. Su historia, en este Día del Niño , es atípica en estos tiempos: para cruzar el río lo hace en una suerte de tirolesa.

Nacido y criado en Portezuelo del Viento, la infancia de Mateo es diferente a muchos chicos de ciudades. Gentileza

Este niño es la cuarta generación de su familia en cruzar el río en lo que ellos denominan “jaula” , un ferry de cable rudimentario que conecta las orillas y permite a quienes viven en este lugar alejado, llegar al pueblo o a la ciudad de Malargüe . No es un puente, ni un ferry moder

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