El reciente movimiento de tropas y equipos del Comando Sur de Estados Unidos en aguas del Atlántico, con rumbo al Caribe, ha generado una ola de especulaciones. Mientras Washington insiste en que se trata de una operación antidrogas, el despliegue despierta sospechas de un intento velado de presión contra Venezuela.
El Pentágono confirmó que más de 4 mil efectivos, apoyados por buques de guerra, aeronaves de vigilancia e incluso submarinos, han sido enviados a la región. La versión oficial señala que el objetivo es combatir carteles latinoamericanos catalogados como organizaciones terroristas. Sin embargo, el mensaje político va más allá de la narrativa antidrogas.
La cercanía de las operaciones a las costas venezolanas no es un dato menor. Caracas ha sido señalada repetidamente por Wash