Perro come perro Antonio R. Naranjo

La tumbona

El gran espectáculo del sanchismo no ha parado en verano, aunque el jefe de pista no salga de la piscina

España arde, Washington y Moscú negocian, los líderes europeos asisten al espectáculo desarmados, pero preparados por si acaso con reuniones parecidas a un congreso de pagafantas y, en ese escenario, el presidente del Gobierno español sigue de vacaciones en Lanzarote, más pendiente de lo que diga la UCO en septiembre y Puigdemont desde Waterloo que de hacer algo parecido a lo que se espera de alguien en su cargo.

Seguramente él se cree El Conde de Montecristo, encerrado injustamente en La Mareta, pero es el Barón Danglars de la novela de Dumas, ese tipo sin escrúpulos y con demasiadas ambiciones que simboliza al villano perfecto.

Aho

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