CASTEL GANDOLFO, Italia (AP) — El papa León XIV pasó el último domingo de sus vacaciones de verano con varias docenas de refugiados, personas sin hogar y en pobreza, y los voluntarios de la Iglesia que los ayudan, celebrando una misa especial para ellos e invitándolos a la finca del Vaticano junto al lago para un almuerzo de lasaña y ternera asada.

Al darles la bienvenida para el almuerzo, el pontífice expresó que estaba feliz de "compartir el pan" con ellos "en un lugar tan hermoso que nos recuerda la belleza de la naturaleza, de la creación, pero también nos hace pensar que la criatura más hermosa es la creada a semejanza, a imagen de Dios, que somos todos nosotros".

Entre los invitados estaban unas 110 personas atendidas por la oficina local de Cáritas —la organización de beneficencia

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