Los taxistas, esa cofradía de brújulas humanas y consejeros espirituales de barra, suelen tener la llave del mapa secreto de cualquier ciudad. En El Puerto, el que sabe es David, chófer parlanchín y profeta del mostrador, que repite como un credo: «Para comer pescado y marisco bueno, hay que ir al Chirri». Y como en todo mandamiento de parroquia, la duda inicial del forastero se convierte en obediencia cuando se cruza el umbral.
El Chirri no engaña: barra nívea, limpia como un quirófano, vitrina que canta cañaillas,bocas y demás peladillas del mar. Allí, uno se acomoda en el escaño y empieza la liturgia: tapas marisqueras que son lujuria pura y un pescaíto frito donde la puntillita se lleva la ovación del tendido. El milagro gaditano: calidad de puerto con precios que en la capital serían

Razon MX

CBS19 News Crime
Atlanta Black Star Entertainment
Raw Story