Seis días después de que se desatara la ola incendiaria que asola a la provincia de Ourense, no cesa la destrucción. Vecinos y equipos de extinción aún luchan desesperadamente contra el fuego, que sigue quemando aldeas, obligando a cortar carreteras e incluso poniendo en riesgo vidas humanas —seis personas necesitaron ayer atención sanitaria—. Los incendios han ralentizado su avance en el Macizo Central, pero arrecian en O Ribeiro y la comarca de Valdeorras, donde la «agresividad» del foco iniciado en Larouco triplica en un día la superficie quemada hasta las 12.000 hectáreas y avanza imparable hacia la provincia de León donde podría juntarse con otro fuego.
La superficie quemada en Galicia sigue creciendo. Desde el inicio del verano son ya casi 63.000 las hectáreas afectadas en Galicia y