El estreno liguero del Barça dejó un sabor agridulce en el cuerpo técnico. El 0-3 ante el Mallorca permitió sumar los tres primeros puntos, pero Hansi Flick no salió nada satisfecho con la actuación de los suyos . La victoria, condicionada por la expulsión de dos jugadores bermellones antes del descanso, se tradujo en una segunda parte jugada a medio gas, con desconexiones preocupantes y una intensidad que no se correspondía con lo que exige un entrenador que no tolera la relajación.

Flick quiere máxima exigencia

Flick, que siempre ha defendido la calidad de la plantilla heredada de Xavi Hernández, insiste en que el éxito depende de algo más que talento: la actitud y la presión constante son innegociables . En Son Moix, el alemán detectó fallos graves en las transiciones, pérdidas de

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