México impone, entre división de opiniones, cotizaciones mínimas a sus envíos para mantener el acceso del fruto al mercado estadounidense

La decisión de Estados Unidos de imponer un arancel del 17% al tomate mexicano , desde julio pasado, ha orillado al Gobierno de México a proponer sus propias alternativas para intentar atajar el golpe arancelario y la sospecha de supuestas prácticas dumping —cuando una empresa vende por debajo del precio corriente para eliminar a la competencia— de los productores mexicanos a EE UU. A principios de este mes, la Administración de Claudia Sheinbaum fijó precios mínimos de exportación para el tomate fresco. En el decreto, las autoridades mexicanas defienden que de esta manera se mantendrá el acceso del fruto a los mercados internacionales. No obstante,

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