Transferir dinero a otros países es una experiencia con muchas fricciones no sólo para individuos, sino también para pequeñas y medianas empresas. Enfrentan comisiones altas, demoras en los pagos y falta de transparencia que pueden dañar o romper su vínculo con sus proveedores.
Las pymes, cuyas transacciones treparon en 2024 a nivel global a los u$s 32 billones y en la región a los u$s 700.000 millones, utilizan ya no sólo bancos, sino también fintech y billeteras cripto para transferir al exterior.
Las comisiones que las entidades bancarias cobran para envíos de u$s 250 ascienden al 23,3%, mientras que las de u$s 1000 pagan 8,6%. Pero también encierran costos cambiarios ocultos y conversión unilateral de divisas, lo que implica abultadas pérdidas para las compañías.
Según un estudi