En muchas regiones de América Latina y otras partes del mundo, es común encontrar una planta robusta, de hojas planas y carnosas, que crece incluso en los terrenos más secos y hostiles. De ella surge una fruta singular y llamativa: la tuna, reconocida por su cáscara espinosa y su pulpa dulce y refrescante.
La planta que da origen a una fruta muy mexicana
La tuna proviene del nopal o chumbera ( Opuntia ficus-indica ), una especie de cactus que crece en climas áridos y semiáridos. Sus “hojas” son en realidad cladodios, segmentos planos y verdes que realizan la fotosíntesis y almacenan agua, lo que le permite sobrevivir en condiciones extremas. Esta planta es muy resistente, requiere pocos cuidados y tiene un papel importante en la prevención de la erosión del suelo.
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