La crónica oficial reconoce que muchos mazatlecos aún creen que tres hermanas se ofrecieron al mar para calmar tormentas, aunque se trate de una ficción literaria

Mazatlán, Sin.- Una joven virgen, vestida de blanco y con un diamante en el pecho, camina hacia el mar junto a sus dos hermanas.

Nadie intenta detenerlas. Se internan en el agua, tomadas de la mano.

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Al día siguiente, tres islas emergen frente a la costa, como guardianas eternas del puerto. Así lo cuenta una leyenda que, aunque ficticia, todavía es tomada como cierta por muchos habitantes de Mazatlán.

No se trata de una tradición oral transmitida por siglos ni de un relato con raíces en los pueblos indígenas de la región.

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