¿Cuántos libros leemos los mexicanos? Este es un tema por demás analizado en décadas, pero, hasta ahora, no existe una sola estrategia que nos lleve a superar, al menos, un par de posiciones en el ranking de países con menos lectura anual.

Nos hemos acostumbrado a ese pésimo lugar de naciones con índices pobres de lectura y, cuando buscamos soluciones, nos sobran pretextos con tal de justificar lo indefendible: no queremos leer.

Y no se trata de acudir al tema de lecturas recreativas, literarias o académicas… ¡no leemos nada! Nuestra posición de países con los más bajos índices de lectura (en México el promedio es de 3.2 libros anuales, cuando en Japón es de 47.3), es verdaderamente lamentable.

Vivimos en una era donde los teléfonos inteligentes, las tabletas y los medios electrónicos e

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