Un hombre, en estado de embriaguez , acudió a una misa en la Catedral de Valencia. Mientras se celebraba la eucaristía, se quedó dormido en uno de los bancos, por lo que el sacristán le llamó la atención para despertarle y pedirle que abandonara el lugar. Una petición que no le sentó nada bien.
Lejos de aceptar y cumplir con lo que le había pedido el sacristán, se puso violento. En un primer momento, con la iglesia en silencio observando la escena, comenzó a darle puñetazos . Acto seguido los feligreses intervinieron para frenar el episodio violento.
En intentos de hablar con él para calmarlo y que abandonase la iglesia, también la tomó con ellos. Después de lanzarle patadas y puñetazos a los presentes, el sacristán, quien más recibió las agresiones del individuo borracho, lo