Dice Rodrigo Cortés que la realidad es la ficción vivida. Llevamos semanas, desde que se acabó la resaca de la 24-25 y comenzó el mono de la 25-26, especulando. Haciendo buenos o malos los fichajes del Córdoba por anticipado en función de gustos o manías. Creyendo o dudando según nos levantásemos con un pie o con el otro. Soñando o teniendo pesadillas a partes iguales en función del correligionario con quien nos cruzásemos.

Eso es una pretemporada. El lugar común más común de los lugares comunes. El limbo donde se cruzan los caminos entre pasado, presente y futuro. Una esfera tan importante para técnicos y jugadores como, por lo general, inaguantable para periodistas y aficionados.

Hoy termina lo malo para que empiece no sabemos qué. Porque lo mejor de seguir o querer a un club como el C

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