Mentir a los prestamistas ya es bastante mala idea a nivel individual. Es aún peor a nivel nacional.
Ese es el espectro que han planteado los críticos del presidente Donald Trump tras el despido del director de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. este mes tras la publicación de unos datos de empleo decepcionantes. Si bien no hay indicios de que los datos hayan sido manipulados (más allá de las afirmaciones de la Casa Blanca), ni que vayan a serlo en el futuro, la designación por parte de la Casa Blanca de un partidario para dirigir la agencia gubernamental de datos económicos fue suficiente para preocupar a los círculos económicos y financieros globales.
Existen precedentes históricos de ese temor. Países como Grecia y Argentina han sido castigados por los inversores por pu