Hubo una época en la que la fiebre y magia de los videoclubs era tangible entre cintas VHS y BETA . Era una época dorada para los cinéfilos más fieles que entonces no acudían a una pantalla para evadirse de la realidad, sino que lo hacían a pie de calle, entre estanterías rebosantes de películas clásicas y títulos de culto que de forma temporal custodiaban en sus casas como un tesoro. Era todo un ritual peregrinar hasta Import Video , uno de los videoclubs más antiguos de Madrid que tristemente cerró sus puertas en Vallecas tras más de 40 años dedicados al cine y al alquiler de películas. Otra dolorosa despedida fue la de Ficciones , tras no poder superar el golpe de las plataformas de vídeo bajo demanda como Netflix o Amazon Prime Video . Su popularidad fue creciente en la década

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