La guerra en Ucrania ha dado lugar a una competencia tecnológica que trasciende los drones aéreos: el frente terrestre se ha convertido en un laboratorio improvisado de vehículos no tripulados, donde tanto Kiev como Moscú buscan fórmulas para suplir carencias humanas y logísticas con ingenio mecánico . Rusia está acelerando su propio programa con diseños que van desde lo rudimentario hasta lo insólito, todos orientados a ganar tiempo, confundir al enemigo y compensar el alto desgaste de personal en el frente. Ucrania tiene a Flamingo.
Prototipos improvisados. Lo contamos hace un tiempo. Entre los ejemplos “robóticos” más llamativos figura el “Termit” , un buggy de cuatro ruedas teledirigido presentado por canales prorrusos como un dron de asalto. En realidad, no lleva armas