En el corazón de Medellín hay una red que late con fuerza propia. No aparece en los grandes titulares, pero su presencia se percibe en el sonido de un tambor que marca el ritmo de un ensayo, en las manos que se manchan de colores para pintar un mural, en el aire tibio que entra por las ventanas abiertas y se mezcla con el eco de una risa, en los abrazos que cierran una jornada. Es la Red Popular Trans, una plataforma comunitaria que ha hecho del arte, la naturaleza, las espiritualidades y la organización social una herramienta de vida para cientos de personas trans, no binaries y cuir, un lugar donde la creatividad fluye como el agua, se expande como el viento y se enraíza como un árbol que crece en suelo fértil.
Allí, los sueños se tejen en colectivo y las puertas que antes parecían cerr