Este martes 19 de agosto se cumplen diez años de la muerte de . Su recuerdo es muy vivo entre aquellos que la conocimos en profundidad y fuimos sus amigos. Lina no quería que se supiera que estaba enferma, por eso optó por aislarse de todo y de todos en su último año y medio de vida. Ya no cogía el teléfono ni quería visitas. Estuvo ingresada durante nueve meses en el hospital madrileño Beata María Ana de Jesús, y posteriormente aislada en su domicilio de la calle Samaria, donde contaba con la necesaria ayuda sanitaria.

Se fue en silencio, sin sobresaltos, alejada del mundo en el que tanto brilló como artista . Recuerdo nuestra última conversación. Fue en ese teatro de La Latina, su segundo hogar, y estaba enfadada conmigo porque quedé en telefonearla para comer juntos y no hice esa

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