En el contexto de la crisis que atraviesa Gendarmería de Chile, el autor de esta columna escrita para CIPER profundiza en un aspecto que es posible mejorar al interior de las cárceles, y que permitiría controlar uno de los aspectos sensibles en el sistema penitenciario. Sostiene que «cortar el efectivo tras las rejas no resolverá todos los problemas estructurales e históricos del sistema penitenciario, pero sí eliminará una de sus principales herramientas de corrupción y manipulación. Y, sobre todo, enviará un mensaje claro: en las cárceles de Chile, el que manda es el Estado y la justicia… y no la billetera más grande».
En las cárceles chilenas, el dinero en efectivo no solo compra jabón o galletas. Compra silencio, compra seguridad… y a veces, compra poder absoluto. Lo que para la ley