Madrid. – Un solitario tanto, de penalti, inventado y ejecutado por Kylian Mbappé a los 51 minutos, salvó el estreno del nuevo Real Madrid, aún corto de rodaje, dominador sin pegada, mejorado en fase defensiva ante un Osasuna que estuvo cómodo con línea de cinco y cuando estiró, acabó desperdiciando su única ocasión para amargar la puesta de largo de Xabi Alonso.

Dejó frío al madridismo el arranque de una nueva era pese al liderazgo de Mbappé. Un Real Madrid tan trabajado tácticamente como falto de ideas ante una defensa de cinco de Osasuna en el primer acto. Sin llegar a desatarse cuando pudo en el segundo. Dominador, instalado en campo rival, con todos comprometidos en el esfuerzo defensivo pero sin movilidad al espacio, carente de velocidad en la zona clave del campo donde se deciden

See Full Page