El oficial Maximiliano Joaquín Gargiulo, de 33 años, falleció tras 27 días de agonía debido a las heridas sufridas en un tiroteo durante una persecución en Lanús. El incidente ocurrió el 24 de julio en Villa Caraza, cuando Gargiulo y un compañero patrullaban en moto y detectaron un Volkswagen Golf GTI gris oscuro con varios ocupantes. Al intentar detener el vehículo, los sospechosos huyeron, iniciando una persecución que se extendió por varias calles.

Los fugitivos se dirigieron hacia Lomas de Zamora, donde abandonaron el automóvil y se dispersaron. Gargiulo persiguió a dos de ellos a pie, mientras su compañero buscaba al tercero. En un domicilio de Conesa al 1200, el oficial fue atacado por personas en la vivienda y recibió un disparo en la cabeza. A pesar de ser trasladado de urgencia al Hospital Evita y posteriormente a un centro de mayor complejidad, su estado fue crítico desde el inicio.

El Ministerio de Seguridad de la provincia había solicitado donantes de sangre, y el paciente fue sometido a una craneotomía descompresiva. Sin embargo, falleció 25 días después del ataque. En el lugar del tiroteo, se recuperaron los vehículos utilizados por los agresores, y se iniciaron las investigaciones para identificar a los implicados.

La investigación llevó a la detención de dos hermanos, T.D.O. de 18 años y D.A.O. de 28, acusados de participar en el ataque. Fueron arrestados en Florencio Varela, donde se ocultaban. Durante los allanamientos, se confiscó una pistola y se recogieron testimonios que apuntan a su implicación. Un tercer sospechoso, E.N.B., permanece prófugo. La Unidad Funcional de Instrucción N° 6 de Avellaneda-Lanús ampliará las imputaciones, ya que el caso ha sido reclasificado como homicidio.