En Europa, el precio de los alimentos ha aumentado hasta en 50 % en pocos años, y la causa no es únicamente económica. Un estudio científico, publicado en Environmental Research Letters, demuestra que el cambio climático y la agricultura industrial deterioran el suelo, generando consecuencias directas en el costo de la canasta básica.

La degradación de la tierra, señalan los expertos, intensificará aún más estas subidas.

Los cultivos, al crecer en suelos dañados, se vuelven frágiles y menos resistentes a sequías e inundaciones, lo que deriva en cosechas inestables y precios impredecibles.

Aunque la atención mediática suele centrarse en energía y transporte, el suelo es la base silenciosa de la seguridad alimentaria.

“Un suelo enfermo significa sistemas alimentarios enfermos”, advirtió

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