La vida de un canino de color negro conocido como Barbas comenzó de la peor manera. El perro había sido utilizado como carnada en Buenaventura, una práctica brutal que le dejó cicatrices en su cuerpo, pero no en su espíritu.
Le puede interesar: En lujosa boda en Medellín, Sara Corrales se casó con el empresario argentino Damián Pasquini
A pesar de este maltrato, su voluntad por vivir y su capacidad de amar permanecieron intactas, por lo que la vida le dio una segunda oportunidad. Fue rescatado por la fundación Huellas de Amor en Pereira, un refugio que le abrió sus puertas cuando nadie más lo hizo.
La noticia de su adopción llegó a través de una publicación del comediante Alejandro Riaño en su perfil de Instagram. La historia conmovió a sus seguidores.
Ver esta publicación en Instagra