Pocas reflexiones tienen sentido cuando España arde y perdemos ese patrimonio que tan bien defendemos de boquilla. En lo irrelevante y estival puede hacerse frente a esta derrota existencial que afrontamos. Así me lo explica Carla Vich, arraconense de la estirpe de los Viguet que cada día nada desnuda en sus rocas de Sant Elm ante la atónita e inquisitiva mirada de tantos. Esplendorosa y radiante quiere concienciar a los visitantes del Finisterre mallorquín que en estos lares aún existe la libertad y que el mallorquín se hace notar en un ecosistema que nos envuelve y nos devora. Creo que yo lo intento en la otra punta, en la albufera arrasada y entregada al olvido desde que se instaló la central de es Murterar que el conseller Alejandro Sáenz de San Pedro no acaba de apuntillar. Hemos devu
Lo intrascendente

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