Los meses recientes han colocado a Morena en el ojo del huracán. Lo que se prometía como un movimiento de regeneración nacional, hoy se tambalea por acusaciones de corrupción, viajes de lujo y una reforma electoral que, lejos de unificar, ha abierto fracturas internas y con sus aliados. La narrativa oficial de la austeridad y la justicia social choca con la realidad de cenas de más de 47 mil pesos en Tokio, vacaciones ostentosas de cuadros dirigentes y la defensa poco convincente de que todo fue pagado con recursos propios.
El caso del exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, señalado por el gobernador Javier May y vinculado a Adán Augusto López Hernández, evidenció la fragilidad del liderazgo en el Senado. La tardía reacción de López Hernández mostró un vacío políti