«La espera desespera», rezaba un cartel de las más de cien personas que ayer se concentraron silenciosamente – por respeto a las personas con TEA ... – a las puertas del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Familias de niños con autismo se reunieron para exigir una atención médica inclusiva. El detonante de esta movilización fue la odisea personal de Esther Fernández y su hijo Pedro, de seis años. Un dolor de muelas se convirtió en una pesadilla.
«Hoy levantamos la voz por mi hijo y por todas las familias que sufren el abandono del sistema sanitario público en Asturias», afirmó esta al leer el manifiesto. Su calvario comenzó con un dolor que, ante la falta de una solución rápida, llevó al pequeño a autolesionarse por la angustia de no entender qué le pasaba. El caso de