En el Perú, la curva soberana se ha convertido en una anomalía persistente. Mientras el Banco Central mantiene una tasa de referencia en 4.5% –la más baja de la región– los bonos soberanos a 15 años siguen aún en niveles cercanos al 7.0%. Esa diferencia, conocida como la pendiente de la curva, refleja lo que el mercado piensa sobre el futuro del país, y no es alentador.

La pendiente no se discute en las reuniones familiares ni aparece en titulares de prensa, pero determina cuánto pagará una familia por su vivienda durante varios años. Es la diferencia entre lo que cuesta financiarse hoy y lo que cuesta financiarse a largo plazo. Y el Perú tiene una de las pendientes más pronunciadas de América Latina, incluso más que México, Chile, o Colombia. En un

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